Hacerlo de forma sistemática reducirá tiempo, además de lograr una limpieza eficiente, evitará se ensucien o infecten nuevamente, áreas que ya se habían higienizado, de acuerdo con Healthcare-associated Infections.
- Comenzar por el lado opuesto a la puerta, es decir, si se ubica del lado derecho, hay que iniciar la limpieza por el lado izquierdo o viceversa.
- Lo ideal es emplear un paño nuevo para cada habitación, al limpiar para no infectar otras superficies en habitaciones; si esto no fuera posible, es factible emplear toallas de papel en conjunto con sanitizante concentrado líquido, que contenga benzalkonium chloryde, que es recomendando como desinfectante de COVID-19 de acuerdo con un reciente análisis publicado en the Journal of Hospital Infection, no requiere enjuague. Es eficiente en todo tipo de superficies como pisos, paredes, mesas, puertas, barandales, manijas e incluso la cama. Además brinda una protección residual de dos a cuatro horas y es biodegradable. Recuerde limpiar los postes de las camas y sillas.
- La limpieza del baño es el penúltimo paso, si fuera posible hay que desinfectar paredes, inodoro y pisos por igual; usar un limpiador que ofrezca una potente acción bactericida e inhiba el crecimiento microbiano, con un activo como Benzil-dimethyl-tridecyl-azanium chloride. Basta con tallar sobre las superficies y retirar con agua o trapo húmedo. Recordar limpiar las llaves del lavamanos y la manija del inodoro.
- Al momento de trapear es importante no agitar trapeadores, pues podrían dispersar polvo o gotas que contengan microorganismos, en este caso también se sugiere el mismo producto antibactericida anterior, que además evita los malos olores y es biodegradable.
- No hay que dejar paños de limpieza o trapeadores dentro de un recipiente con agua, pues son potenciales caldos de cultivo para microorganismos.